¿Dolor de barriga? ¡Puede que tengas gastroenteritis!

La gastroenteritis es una inflamación o infección en la mucosa del estómago y los intestinos, causando dolor abdominal, vómitos, náuseas y diarrea. Y, en algunos casos, también puede provocar fiebre y dolor de cabeza.

En los países desarrollados, dónde el acceso a fármacos e infraestructuras médicas y sanitarias está garantizado, esta enfermedad no suele ser grave y tan solo causa unos días de malestar. Por lo tanto, por normal general no suele requerir atención médica.

Sin embargo, en algunos lugares del mundo en los que el acceso al agua potable y las infraestructuras sanitarias no es universal, puede ser letal, especialmente entre los niños. De hecho, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, la gastroenteritis es la segunda enfermedad más mortífera entre los niños menores de 5 años.

Hoy queremos daros algunos consejos sobre cómo prevenir la gastroenteritis y, en caso de que ya la hubieras contraído, te explicaremos cómo tratarla en tu propia casa.

¡Prevén la gastroenteritis!

Esta enfermedad está causada por virus, parásitos y bacterias que pueden encontrarse en el material fecal de las personas infectadas. Así pues, la infección ocurre cuando el paciente ingiere comidas o bebidas que antes han estado en contacto, ya sea directo o indirecto, con heces contaminadas.

El contacto directo con personas infectadas también es una forma común de contraer la gastroenteritis. En consecuencia, si sospechas que puedes tenerla, deberías mantenerte alejado de los niños, la gente mayor y aquellas personas con un sistema inmunológico débil, ya que son los más vulnerables a esta enfermedad.

La gastroenteritis vírica es probablemente la variante más común en los niños, ya que se propaga rápidamente en las escuelas y los jardines de infancia. Es difícil evitar que la enfermedad se propague en estos lugares, aunque ayudará mucho que los centros escolares tomen las medidas higiénicas apropiadas. Y, por supuesto, si tu hijo tiene gastroenteritis, hazlo quedarse en casa. Llevarlo a la escuela podría provocar que el brote contagiara a sus compañeros de clase.

Asimismo, la salmonella es otro microorganismo causante de la gastroenteritis. Es una bacteria que puede encontrarse en productos derivados del huevo. Se reproduce con mucha facilidad y es por eso que los productos hechos con huevo deberían comerse inmediatamente después de cocinarse. Lo mismo ocurre con el pescado crudo y el marisco, ya que se estropean rápidamente.

Los productos lácteos son también una causa común de la gastroenteritis, especialmente en verano. Antes de consumirlos, siempre deberías asegurarte de que se han elaborado con leche en buen estado.

Y, del mismo modo, tan solo deberías beber agua tratada. Esto es especialmente importante en verano, ya que el calor y la deshidratación pueden incitarnos a beber de cualquier fuente de agua, sin prestar atención en si es potable o no. Cuando te encuentres en lugares en que el agua llega a los grifos sin haber sido tratada previamente, acostúmbrate a beber agua embotellada o a hervirla antes de beberla o lavar la comida con ella.

Curando la gastroenteritis

Si comienzas a sentir los síntomas descritos anteriormente, puede que hayas contraído gastroenteritis. Si es tu caso, no comas durante unas horas. Esto ayudará a que tu estómago se relaje y se asiente.

La deshidratación es uno de los problemas derivados de la gastroenteritis más serios. Esta enfermedad hace que el organismo expulse líquidos constantemente, pero no es posible reponerlos a la misma velocidad, ya que beber demasiado líquido de golpe puede hacer que el estómago empeore. Por lo tanto, lo mejor que puedes hacer es hidratarte con pequeños sorbos muy frecuentes.

Algunos signos de la deshidratación son micciones poco frecuentes, orina oscura, mareos y aturdimiento. Si crees que tienes alguno de estos síntomas, es probable que necesites atención médica, por lo que deberías llamar a un médico inmediatamente.

En caso de que sientas náuseas, come menos pero más a menudo. No obstante, si comienzas a sentirte mejor, come primero comidas blandas y fáciles de digerir e incluye progresivamente más alimentos a tu dieta. Y, si las náuseas volvieran, interrumpe las comidas de nuevo.

Cuando sufras gastroenteritis, también deberías dejar de lado los productos lácteos, la cafeína, el alcohol y los alimentos demasiado grasos.

Y, sobre todo, tu cuerpo pedirá reposo, así que dáselo. Debes entender que vas a tener que quedarte en casa descansando sin salir durante unos días.

¿Necesitarás atención médica?

Como hemos dicho antes, la gastroenteritis no suele requerir atención médica. Como suele tratarse de una enfermedad leve que solamente dura unos pocos días, puede curarse en casa con reposo y los cuidados apropiados.

Aun así, en algunos casos, la gastroenteritis puede empeorar o alargarse demasiado. Cuando esto ocurriera, lo mejor sería que fueras a ver a un médico para asegurarte de que no tienes nada grave.

Pero, ¿cómo puedes saber cuándo la gastroenteritis es suficientemente seria?

Si los vómitos y la diarrea se extendieran por más de dos días, podría tratarse de algo serio, por lo que es probable que necesites asistencia médica. Lo mismo ocurre si hay sangre en tus heces, si sufres fiebre alta, si tu dolor de estómago es más fuerte de lo normal, si te has desmayado o si te sientes aturdido o desorientado. Tan pronto como sientas alguno de estos síntomas, ves a ver a un médico. Él te recetará el tratamiento apropiado para que te recuperes rápidamente.

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